viernes, 20 de diciembre de 2013

Cuerpo propio, cuerpo político: el aborto.

"Los intentos de desmotivar la contracepción, el aborto, y otros modernos controles reproductivos preparto, pueden aumentar involuntariamente la dependencia de prácticas homicidas postpartum." Marvin Harris, antropólogo.

"Siempre que las mujeres tienen control sobre su propio cuerpo, empíricamente los niveles de natalidad bajan. Se han realizado esterilizaciones forzosas, pero el control siempre ha sido sobre el cuerpo de la mujer, nunca han habido vasectomías forzosas..." Yayo Herrero, antropóloga.

Parece que el manuscrito más antiguo, que se remonta a más de 4.000 años y recoge métodos y formas de abortar, es un manuscrito chino. Desde entonces, numerosos códigos o normas conductuales etnográficamente recogidas han visto la luz. 

En Fiji, el aborto se consentía y era practicado por las mujeres que ocupaban el estrato social más elevado; en especial cuando los padres pertenecían a los estratos inferiores. Paradójicamente el número de abortos aumentó cuando los misioneros decidieron expulsar de la Iglesia a todas las mujeres cristianizadas que tuviesen relaciones antes o fuera del matrimonio. Las nativas, para no caer en desgracia y evitar la expulsión, optaban por destruir la evidencia de su relación.
 
Para los sedang moi, sólo se es humano después de haber sido amamantado por primera vez. Antes de nacer, e incluso antes de la primera toma, se es "como una pieza de madera". El contexto cultural permite abortar cuando el padre está relacionado con la potencial madre por estrechos lazos de parentesco, produciéndose de hecho una relación incestuosa.

Los nukuoro, habitantes de Samoa, siguieron una política de aborto masivo cuando murió, nada más nacer, el hijo de la reina Kauna, quien primeramente había ordenado la matanza de todos los niños, para que la población nukuoro compartiera su aflicción.

Los matacos del Chaco boliviano-argentino abortaban el primer feto para facilitar los partos siguientes. Entre los pima de Arizona, cuando la mujer resulta embarazada por un hombre blanco se la induce a abortar. En esta sociedad, cuando muere el marido se destruye toda su propiedad: por esta razón, las mujeres, temiendo quedarse viudas con muchos hijos, recurren al aborto. Las mujeres cunas abortaban cuando eran embarazadas por extranjeros, salvo que se tratase de franceses, en cuyo caso mataban al padre y conservaban al hijo.

Los pueblos de la zona de los grandes lagos africanos practican el aborto cuando se casa a la mujer a la fuerza. La desposada evita tener hijos en previsión de un posible divorcio. La achewa de Nyasalandia (Malawi) aborta lo concebido adúlteramente, ya que su nacimiento sería causa de desgracia para la comunidad.
Las mujeres Zoé, antes de quedarse embarazadas, controlan su menstruación hasta llegar a tener dos reglas en un mismo mes o ninguna en cuatro meses, dependiendo de sus apetencias sexuales. Para ello utilizan la corteza de un árbol que solo es conocido por las mujeres y que se niegan a mostrar a los hombres. No se conocen la utilización de abortivos entre las mujeres Zoé, pero si una excelente planificación familiar. Este pueblo nómada no puede permitirse embarazos no deseados.
Para el judaísmo el aborto no se cuestiona hasta el tercer mes, porque la medicina que viene practicando con tenacidad desde los tiempos antiguos demostraba que desde entonces, era mucho más arriesgado para la madre, cuya vida debía preservarse en primer lugar.

En el Islam es permitido hasta el punto de que el alma (Ruh) entra en el feto. Hay muchas, muchas opiniones diferentes sobre cuándo es. Como dijo la sabia Azizah Y. al-Hibri "la mayoría de los eruditos musulmanes apoyan el aborto, aunque difieren en el grado de desarrollo del feto en el que quede prohibido." La idea de que el Islam prohíbe el aborto sin condiciones está más arraigada en temas culturales y patriarcales que en los escritos islámicos reales. El Corán no aborda directamente el aborto.
Estos ejemplos son claramente ilustrativos de las distintas motivaciones que
llevan a la práctica del aborto: económicas, sociales, políticas, terapéuticas, etcétera. No muy distintas, como se puede comprobar, a las motivaciones de la sociedad industrial occidental.
Silvia Federici, historiadora, cuenta que "si en la Edad Media las mujeres habían podido usar métodos anticonceptivos y abortivos y ejercer un control indiscutible sobre el proceso del parto, a partir de entonces sus úteros se transformaron en territorio político".

"Ha crecido toda una campaña ideológica que pretende controlar la vida de las mujeres, su sexualidad, su cuerpo, un esfuerzo mayor por controlar la capacidad reproductiva de las mujeres. En varios Estados se criminaliza a las mujeres si pueden “probar” que estando embarazadas han puesto en riesgo la vida del feto que están gestando. Y desde luego la cuestión del aborto es muy importante."


“No es un problema de número, de cuánta gente nace, pues mientras en unos países se acota la natalidad, a la vez, en otros se fomenta. El sistema lo que busca es controlar y decidir dónde, cuándo y con qué perfil nacerá su nueva mano de obra
"Siempre que las mujeres tienen control sobre su propio cuerpo, empíricamente los niveles de natalidad bajan" afirma asimismo la antropóloga Yayo Herrero. "Se han realizado esterilizaciones forzosas, por ejemplo en el Perú de Fujimori, o el control de natalidad en China, aumentando el feminicidio. Pero el control siempre ha sido sobre el cuerpo de la mujer, nunca ha habido vasectomías forzosas..."
Fuentes:
http://www.publico.es/culturas/341987/capitalistas-contra-brujas 
http://family.jrank.org/pages/2/Abortion-Reasons-Abortions.html
http://elpais.com/diario/1983/06/18/opinion/424735214_850215.html
P. Newman and D. Boyd, "The Making of Men: Ritual and Meaning in Awa Male Initiations"
Cambiar las gafas para mirar el mundo. Una nueva cultura de la sostenibilidad. - Yayo Herrero, Fernando Cembranos y Marta Pascual (coords.)
https://www.youtube.com/watch?v=FfOjcBZRjgg

6 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

Has publicado una entrada muy oportuna, el día que se publica la ley de Gallardón que pone fin a considerar un derecho la interrupción del embarazo.

Un saludo

H dijo...

También esto es oportuno, publicado a raíz de los conciertos de Navidades por Terapeuticum Murcia.

La musica del Alma.

Existe una tribu en África, donde la fecha de nacimiento de un niño no se toma como el día en que nació, ni como el momento en que fue concebido sino como el día en que ese niño fue “pensado” por su madre.

Cuando una mujer decide tener un hijo, se sienta sola bajo un árbol y se concentra hasta escuchar la canción del niño que quiere nacer.
Luego de escucharla, regresa con el hombre que será el padre de su hijo y se la enseña. Entonces, cuando hacen el amor con la intención de concebirlo, en algún momento cantan su canción, como una forma de invitarlo a venir.

Cuando la madre está embarazada, enseña la canción del niño a la gente del lugar, para que cuando nazca, las ancianas y quienes estén a su lado, le canten para darle la bienvenida.
A medida que el niño va creciendo, cuando el niño se lastima o cae o cuando hace algo bueno, como forma de honrarlo, la gente de la tribu canta su canción.

Hay otra ocasión en la que la gente de la tribu le canta al niño.
Si en algún momento de su vida, esa persona comete un crimen o un acto socialmente aberrante, se lo llama al centro de la villa y la gente de la comunidad lo rodea. Entonces, le cantan su canción.
La tribu reconoce que la forma de corregir un comportamiento antisocial no es el castigo, sino el amor y la recuperación de la identidad. Cuando uno reconoce su propia canción, no desea ni necesita hacer nada que dañe a otros.
Y así continua durante toda su vida.

ignorante dijo...

Se me ocurren algunas preguntas. Me gustaría aclarar que son sinceras (es decir que no tienen doblez). Ocurre sencillamente que no sé tomar partido en esta cuestión, no ya en el plano político, siquiera en el intelectual. Ahí van:
· ¿Dónde y cómo se pone un límite? Es decir, ¿hasta qué momento (¿parto?, ¿en cualquier estadio del embarazo?, ¿después?) puede decidir la madre sobre la continuidad de la vida del hijo?
· ¿Cómo se concilia esto con la cuestión del padre (varón, digo) ausente y/o irresponsable? Me refiero a: ¿se debe exigir responsabilidad (legal, política) al varón —supongo que bordeando esto está la cuestión de que el hecho de que se plantee la intromisión del Estado (y se lleve a cabo) en estos casos, es en sí una falla, ¿el padre debería estar ¿educado? para cuidar y apoyar tanto a la madre como a sus crías?— sobre una decisión que no ha tomado y de la que no participa (y en esto está claro que no debe participar, puesto que si nos parece aberrante que una mujer se vea presionada para abortar —por sus propios padres, por su pareja, por su entorno— la situación espejo debería parecernos, al menos, igual de aberrante)? Al hilo de lo inmediatamente anterior, ¿hasta qué punto es compatible, legítima y justa (sic.), respecto de la necesaria decisión de la mujer sobre la continuidad de su embarazo, una decisión también unilateral del varón sobre apoyar o no a la posible madre y a su hipotética descendencia?
· Suponer (y digo suponer porque es discutible, una no tiene cuerpo, es su cuerpo) aquello de la propiedad del cuerpo de una misma es precisamente y en exclusiva de una, ¿no choca con la petición de un derecho positivo que proporcione y posibilite el control de la salud reproductiva? Si la propiedad del cuerpo es de cada uno ¿porqué tiene el Estado que posibilitar o facilitar la gestión de esa propiedad por parte del propietario? Esto lo digo para señalar hasta que punto es (in)útil establecer simetrías con la propiedad privada.
· En última instancia, como antropóloga ¿no es algo chocante defender el aborto sobre el hipotético infanticidio como si el aborto fuera civilizado y el infanticidio salvaje o bárbaro? ¿No sería más ajustado decir, siguiendo el pensamiento de Morgan, que lo propio de la civilización para hacer posible el necesario control de la natalidad es la anticoncepción (frente al infanticidio del salvajismo o al aborto en la barbarie? Incidiendo en estas distinciones ¿no resulta obvio que, en tanto es necesario el control ecológico (en sentido amplio) de la población, para garantizar su recurrencia, el control de los nacimientos y fallecimientos, ayuntamientos y matrimonios &c. se vuelve algo completamente político —lo que vuelve a chocar con el axioma de propiedad del cuerpo—? Es decir ¿es la demografía un problema político? Si la respuesta es sí ¿cómo conciliar la cuestión íntima con la pública? ¿No es un riesgo simbolizar la cuestión de la descendencia como algo eminentemente egoísta?

Antropólogaenlaluna dijo...

Mi postura ante todas estas preguntas es única: libertad de la mujer a decidir.

- En todo momento: antes durante y después del parto.

- Libertad de la mujer a decidir si la pareja (mujer u hombre) familiares, amigos, vecina del 5º, etc... tienen peso para ella en su decisión.

- Libertad de poder decidir sabiendo que el Estado tiene el DEBER de apoyarla en todas sus decisiones (seguir o no con el aborto) y en las consecuencias.

- Libertad de poder decidir en base a lo mejor para ella y para el futuro niño/a. La mujer que tiene libertad es la que mejor controla la demografía: no tendrá un bebe en una sociedad sin recursos, y lo tendrá si ve el caso contrario. Por eso, no he escrito en ningún momento que el aborto sea mejor o peor que el infanticidio: aunque a la mujer se la prohíba los anticonceptivos, o el aborto, el problema de base seguirá ahí, y cabe la posibilidad que recurra al infanticidio. Eso es lo que hay que analizar. Un ejemplo claro (y fuerte) es el caso del libro de "La muerte sin llanto": las mujeres, al no tener acceso a métodos anticonceptivos y al aborto, dejaban morir a los niños más débiles. No se trata aquí de pre-juzgar a estas mujeres (sería chocante para una antropóloga, sí) sino de analizar las causas.

Un saludo y gracias por comentar.

Tania Gálvez San José dijo...

¿Podrías darme la fuente de la cita de Yayo Herrero? Está equivocada, en Perú ha habido esterilizaciones forzosas de mujeres pero también de hombres:

"La investigación precisa que entre 1996 y 2000 se realizaron 215.227 ligaduras de trompas y 16.000 vasectomías, en el marco de un supuesto plan masivo de salud pública"

http://elpais.com/diario/2002/07/25/internacional/1027548004_850215.html

Tania Gálvez San José dijo...

Y eso de que "Siempre que las mujeres tienen control sobre su propio cuerpo, empíricamente los niveles de natalidad bajan" también me gustaría que lo argumentara a nivel histórico porque no me cuadra precisamente en sociedades como los !Kung, por ejemplo, con intervalos largos entre nacimientos causados por la anovulación de la lactancia.